jueves, 2 de agosto de 2012

El aborto, ¿Un derecho?


Entre primas de riesgo e indices bursátiles asoman otras noticias que, aunque no resuenen tanto como las de color salmón, no dejan de ser importantes. Entre ellas cabe destacar las relativas a la reforma de la ley del aborto. Generalmente no suelo posicionarme a favor ni en contra de ninguna medida pero esta vez voy a hacerlo, ya que considero que la cuestión del aborto no es una cuestión ideológica sino de conciencia. Por esto no puedo estar a favor del aborto como no puedo estar a favor de algo que es intrínsecamente malo. 

En los últimos tiempos, la maquinaria propagandística de ciertos sectores políticos y sociales ha venido a originar un debate público en el que se trata de rebajar esta cuestión de conciencia a un plano ideológico de debate, tratando de relativizar y banalizar un bien fundamental como es la vida.

Esta relativización de la vida, llevada a cabo por el feminismo y la izquierda principalmente, nos ha hecho ver la realidad de forma nublada. La realidad es que la muerte no es una libertad porque estamos condenados a ella y el hecho de decir cuando morir o cuando matar no nos hace más libres, si no más prisioneros de ella. El aborto no es libertad porque en muchos casos los abortos son frutos del miedo a un futuro, a una viabilidad económica, a un madurar temprano. Si la libertad se ve influenciada por el miedo ¿Hasta que punto es libertad? la libertad es un acto que se desarrolla sin condicionantes exógenos.


Y a quien así no lo vea le digo que yo, por ejemplo, soy liberal y estoy en contra del aborto porque para mi la libertad se fundamenta en un bien superior que es la vida. Sin vida no puede haber libertad; como no puede haber, sin libertad, otros derechos. Por lo tanto si partimos de esta premisa, la vida es de un valor incalculable ya que es fundamento para cualquier otro bien, valor o derecho. El derecho a la vida es el de mayor valor, pues es el el derecho que fundamente al resto.


Por otro lado el aborto no es un derecho porque, por definición, un derecho ha de buscar un bien y la muerte no es un bien. Aunque alguien pudiese ver esa muerte como un bien para otro es evidente que no sería derecho, porque para la obtención de un bien no se puede producir un mal.

En cuanto a la ley de plazos es una auténtica barrabasada porque no podemos establecer un limite temporal tan arbitrario de un mes, o cinco meses para discernir si un nasciturus es persona. Es un hecho que la única frontera temporal posible es el alumbramiento y, si consideramos que un nasciturus es persona segundos antes del alumbramiento, también podemos retrotaer esta condición hasta el momento de la fecundación.

Finalmente querría hacer dos reflexiones básicas:

La primera es que el hecho de que se trate de crear aceptación social en la cuestión del aborto puede lograr apoyos ideológicos (aunque creo que la sociedad no acepta el aborto en general y el aborto libre en particular) pero el hecho de que la gente opine que algo malo es bueno, no hace que este hecho objetivamente malo se convierta en bueno, sólo implica que hay más gente que se equivoca.  

Y finalmente un mensaje a quien defiende el aborto como un derecho: Los derechos que valen la pena no son aquellos que atenta contra la vida de otros si no que existen otros frentes en los que luchar como el derecho a la maternidad y la paternidad. Esto sólo se consigue con un entorno económico favorable que permita a las futuras madres y padres tener la seguridad de un futuro próspero para sus hijos. Esta es la única forma de no avocar nuestro futuro a la más negra de las muertes.

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