lunes, 18 de octubre de 2010

Bienvenidos a un sistema cada vez más insostenible


A propósito de lo que, parece, va a suponer una cesión de competencias del gobierno central al País Vasco una vez más. Me ha venido a la mente las declaraciones de Miguel Ángel Fernández Ordoñez, Gobernador del Banco de España, cuando advertía que las Comunidades Autónomas y las corporaciones locales no estaban trabajando para reducir su gasto y que esto iba a suponer alargar esta crisis más de la cuenta.

Parece que en estos tiempos de crisis la contención del gasto es fundamental, sin embargo nos encontramos con una situación algo peculiar. En España, por un lado tenemos un Estado Central que se esta apretando el cinturón; por otro lado tenemos unas Comunidades Autónomas que suponen una sangría de dinero.

La explicación a este problema es muy sencilla: las autonomías son medianamente eficaces, pero no eficientes. La causa de esto es la multiplicación innecesaria de las administraciones y cargos políticos que generan y que nadie controla. (Pensemos en la fusión que hace años realizo el BBV con Argentaria, el ahorro en coste de oficinas fue notable ya que en lugar de tener dos oficinas en un distrito (una por banco), tenían una sola oficina. Si hubiesen mantenido dos sucursales entonces habrían sido poco eficientes porque el gasto se multiplicaría por dos para el mismo trabajo).

  
Es frecuente escuchar el argumento de que España no tiene un número excesivo de funcionarios porque nuestro gasto en porcentaje al PIB es menor al de otros países europeos. Sin embargo si lo analizamos en base a la recaudación per cápita se observa en 2009 que casi la mitad del dinero cobrado a los trabajadores fue destinado a financiar distintas Administraciones públicos (en todas sus formas, claro). Lo que implica que este sistema que multiplica casi por 18 el número de funcionarios, nos esta costando la mitad de lo que pagamos en impuestos. Además nos encontramos con otro problema: el sistema de financiación autonómica es totalmente irresponsable ya que tienen autonomía para gastar pero no para recaudar. Por lo tanto se dedican a dilapidar el dinero que el Estado le transfiere sin ningún tipo control hasta acabar con el presupuesto. El gasto por lo tanto no es eficiente.

La solución a la crisis del Estado autonómico pasa por dos alternativas: o bien prescindimos de las Comunidades Autónomas; o tratamos de hacerlas eficientes y, de paso, les cortamos el grifo.

La primera opción es complicada ya que implicaría reformar la CE (no es una reforma poco sensible precisamente) y dadas las condiciones políticas del momento (con unos políticos tan débiles y tan interesados en el poder) esto podría llevarnos al caos debido a la inestabilidad política que generaría. A esto hay que sumar la oposición de todos aquellos que viven de las autonomías, que no son pocos.

La segunda opción implicaría establecer un sistema de control del gasto (tal vez mediante autofinanciación) y un adelgazamiento de todas las Administraciones Públicas Autonómicas: empezando por las numerosas Consejerías y de ahí hacia abajo.

Finalmente no puedo dejar de pensar en el poco sentido que tiene una descentralización  y fragmentación (fiscal, laboral, administrativa...) de este calibre, cuando no paramos de hablar de la integración europea como método para alcanzar prosperidad económica y la integración de mercado.

Y es que al final, por mucho que CIU arremeta contra MAFO, este puede tener razón. Porque como afirmó otro Fernández Ordoñez, esta vez de nombre Francisco y ministro de profesión: "El Estado de las Autonomías va a acabar con España"

5 comentarios:

  1. una vez mas muy interesante Carlos¡¡Me gusta leer tu blog¡¡¿Para cuando el próximo?

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  2. ¡Muchas Gracias! Antes de que acabe esta semana publico algo, ¡Si los exámenes no acaban conmigo!

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  3. Gran entrada Carlos! esperamos por el siguiente

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  4. Gran entrada, si señor!

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  5. Que bueno vicente! me ha gustado mucho si señor

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