sábado, 9 de octubre de 2010

La guerra tecnológica más viva que nunca

Hace unos meses cambié mi antiguo móvil por uno nuevo que usa tecnología Android. Investigando por foros que rendimiento podría sacarle a mi nuevo teléfono, encontré un interesante debate sobre si es mejor Android o Apple. En medio de este debate me pregunté si Telefónica, u otra compañía de este estilo, no estaba dispuesta a competir en este mercado. Entonces encontré una noticia sobre una interesante reunión.

La citada reunión, celebrada en París, juntaba a los principales CEOs de las 4 mayores compañías de telecomunicaciones europeas, France Télécom, Deutsche Telekom, Vodafone y Telefónica, respectivamente.

El asunto a tratar era el cómo evitar convertirse en una mera infraestructura tecnológica, lo que se conoce como dump pipe. Esto para ellos supone un problema, ya que la mayor tajada del pastel en las nuevas tecnologías, se obtienen por publicidad o por la gestión de información y ,en eso, Google les saca mucha ventaja. ¿Cómo? Desarrollando sus propias plataformas tecnológicas de gestión de información, lo que les permite incluir publicidad en todos los servicios que ofrecen (pensemos en su buscador o en YouTube y la cantidad de anuncios que tienen).

La fórmula que estos gigantes de la comunicación quieren emplear para evitar su transformación en dump pipes, es la de competir directamente con sus propios sistemas operativos y, esto, creo que va a ser un problema para ellos. El porqué me parece evidente: lo difícil no es crear una plataforma tipo Android sino actualizarla y mantenerla viva (Microsoft por ejemplo no lo ha conseguido). Para ello a parte de la actualización que realizan los desarrolladores profesionales (véase Apple, por ejemplo) hay que añadir a los desarrolladores independientes de programas que, actualmente, parecen decantarse por Apple y Google (Android).

Que compañías de este tamaño se estén planteando entrar en este mercado va a abrir un nuevo mundo de posibilidades y sin duda va a comenzar una guerra tecnológica brutal. En cuanto a los consumidores, nos veremos beneficiados (más competencia en precios y tecnología) aunque de momento parece que sólo se ha llegado a un acuerdo para suprimir las tarifas planas de internet... Siempre nos quedará ONO.

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