Cuando la Administración es la lacra de la economía

La situación económica en España es insostenible y, lo seguirá siendo, a tenor de las medidas no-económicas que se toman desde los cargos políticos. La tecnocracia otrora omnipresente y tan criticada durante los gobiernos franquistas o durante los gobiernos de Aznar, se hace manifiestamente necesaria en un momento en que nuestro país no necesita decisiones políticas; sino decisiones acertadas.

Expongamos lo que realmente sucede en este país, vislumbremos el porqué no hallamos la luz al final de este túnel de negrura económica.

La principal lacra económica en nuestro país es sin duda la administración. Dejando a un lado el muy criticable sistema autonómico, es evidente el flagrante derroche público y la poca diligencia que se emplea en la destinación de partidas presupuestarias. Manifestación de esto es la construcción de aeropuertos en ninguna parte o el hecho de que 230.000 empresas hayan cerrado como consecuencia del retraso en el pago por parte de la administración. Un retraso que podríamos llamar sin duda morosidad: como ejemplo podríamos citar las dilaciones en el pago de tecnología sanitaria donde se deben unos 950 millones de euros y, donde los retrasos en el pago, llegan a los 600 días. La pregunta es ¿Puede una empresa subsistir en un entorno competitivo cuando su cuenta de clientes es a 600 días? Yo opino que no, y creo que en sectores tan sensibles como el tecnológico, donde ya de por si nuestros políticos ha desincentivado la investigación, la dilación en el pago implica la muerte. 

Se nos dice que no hay dinero y sin embargo el ministerio de igualdad sigue derrochándolo en cuestiones que no interesan a nadie. Nuestra Ministra de Sanidad, Igualdad y otros menesteres ha repartido nada menos que 1,6 millones de euros a asociaciones que fomentan el arte feminista. Un dinero que podrían haberse destinado a pagar las deudas de la administración, deudas que han propiciado el cierre de 230.000 empresas y, por ende, parte de los 5 millones de parados que hoy día sufrimos, pero a esto ¿a quién le importa teniendo arte feminista?

La forma de gastar dinero en un contexto de contención de gasto es más que preocupante y es que ya se sabe: como el dinero público es de todos y no es de nadie ¿qué importa cómo se gaste?...